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Aprender a comer bien jugando, ¿por qué no?

Debe limitarse la publicidad de los alimentos menos saludables, al tiempo que se fomentan opciones mejores y buena prácticas dietéticas... por eso es difícil entender que desde Autocontrol se pongan trabas a la publicidad de un producto que busca enseñar a los más pequeños a comer mejor.

27 marzo 2024
azúcar

Autocontrol se opone a la publicidad de un juego

Imagiland es una empresa dedicada a juegos infantiles educativos. Uno de ellos es un juego de cartas llamado “Demasiado azúcar”, que tiene como objetivo enseñar hábitos de alimentación sana y equilibrada. Pero lo que ha resultado sorprendente es que Autocontrol de la publicidad ha prohibido el anuncio de este juego: cuando hay tanta publicidad de productos poco saludables dirigidos a los niños, ¿cuál es el problema de publicitar este juego, que al menos sobre el papel pretende justo inculcar buenos hábitos? La polémica está servida.

¿Por qué se opone Autocontrol?

Autocontrol de la publicidad es el organismo de la industria publicitaria en España, integrado por más de 600 empresas, entre anunciantes (las marcas), agencias de publicidad, medios de comunicación y asociaciones profesionales. Su objetivo, según afirman, es "trabajar por una publicidad responsable: leal, veraz, honesta y legal". La palabra “autocontrol” significa que es el propio sector el que pretende regularse a si mismo, algo que no siempre funciona, como hemos comprobado.

Este organismo insta a la propietaria del anuncio a retirar de la imagen del juego unos dibujos que recuerdan a una bebida de cola (Coca Cola), un bollo y unas gominolas (ositos Haribo), ya que ofrece una “imagen denigrante” de este tipo de productos, e Imagiland se ha negado. El resultado es no permitir esa publicidad.

Distintas varas de medir

Esta postura de Autocontrol contrasta con lo permisivo que es con la publicidad de productos de otras empresas que continuamente incumplen las recomendaciones del código de buenas prácticas PAOS, como desde OCU hemos denunciado de manera reiterada: uso de personajes famosos, incitar a los niños a reclamar que les compren determinado producto, sugerir que un determinado producto mejora el prestigio o la aceptación social, etc.

El objetivo del código PAOS era disminuir la prevalencia de obesidad y sobrepeso y sus consecuencias en el ámbito de la salud pública y en sus repercusiones sociales, pero es poco lo que se ha avanzado en ese sentido desde el ámbito de la publicidad: la autorregulación se ha demostrado ineficaz para combatir el sobrepeso y la obesidad infantil.

La obesidad infantil es un problema cuya causa es multifactorial, pero la fuerte presión publicitaria de alimentos insanos, sumada al sedentarismo, demasiadas pantallas, malos hábitos o factores genéticos hacen que las cifras de sobrepeso y obesidad sean muy elevadas entre los menores, y que España sea uno de los países con peores indicadores.

Demasiada publicidad de alimentos poco saludables

En nuestro último estudio pudimos comprobar que:

  • Únicamente el 22% de los anuncios de alimentos tenían un buen perfil nutricional (Nutriscore A o B), mientras que el 59% tenían un Nutriscore D o E.
  • Fijándonos en los criterios de perfiles nutricionales de la Organización Mundial de la Salud, el 66% de los anuncios emitidos no se podrían publicitar (por estar en categorías como galletas, chocolates o bollería industrial, o por su contenido elevado de grasas, azúcar o sal).

Desde el año 2021, los menores son considerados como consumidores vulnerables, son un público especialmente sensible a la publicidad, su edad y falta de experiencia les hace ser especialmente susceptibles y dejarse influir por las prácticas comerciales.

Urge tomar medidas

La mayoría de la publicidad dirigida a niños es de alimentos insanos. En el extremo opuesto, la promoción de alimentos saludables, o de buenos hábitos alimenticios es escasa. Precisamente, el juego de cartas "Demasidado azúcar" va en esa línea y, en vez de promocionarse, se encuentra con las trabas de Autocontrol para evitar que se publicite.

En OCU llevamos muchos años pidiendo un cambio de normativa y que sea la administración quién controle y regule la publicidad de alimentos dirigidos a niños, y no las propias empresas que fabrican los alimentos. Nos hemos movilizado activamente contra el exceso de publicidad poco saludable en televisión. Aunque se llegó a preparar una normativa que pretendía regular la publicidad de alimentos dirigidos a niños, desafortunadamente esa iniciativa no ha visto aún la luz.

Limitar la promoción de los alimentos no saludables tiene un doble efecto: por una parte, evitar que estos alimentos lleguen visualmente al público infantil, y por otro, incentivar a los fabricantes a reducir los contenidos de grasa, azúcares o sal de determinados alimentos para poder publicitarlos. Pero no solo se debe limitar la publicidad de alimentos no saludables, o impedir que un personaje famoso ponga su imagen al servicio de una marca o atraer a los más pequeños a base de regalar cosas dentro de los envases, sino que es muy importante, además, invertir en campañas informativas, tanto sobre el efecto de los alimentos menos saludables, como de fomento de los más saludables.

En OCU defendemos los derechos e intereses de consumidores y usuarios con nuestros valores: independencia, transparencia y utilidad. Trabajamos desde hace más de 45 años por una sociedad de consumo más justa, sostenible y segura para todos. ¿Nos ayudas a lograrlo?

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